Los aparatos ortodónticos son una parte común y casi esperada de la pubertad (y muchos adultos también). Para comprender mejor por qué se necesitan aparatos ortodónticos y otros dispositivos de ortodoncia, resulta útil hablar primero un poco sobre los dientes.
Mientras transitabas la niñez, tus dientes de “bebé” se cayeron uno a la vez, para ser reemplazados por los dientes permanentes de la adultez. Aunque los dientes definitivos de algunas personas crecen en el ángulo adecuado y con los espacios correctos, los dientes de muchas personas no lo hacen.
Algunos dientes pueden crecer desparejos o superpuestos. En otras personas, algunos dientes pueden crecer doblados o torcidos. Las bocas de algunas personas son demasiado pequeñas y esto hace que los dientes se agolpen y se muevan hacia posiciones torcidas.
Y en algunos casos, la mandíbula superior y la mandíbula inferior de una misma persona no tienen el mismo tamaño. Cuando la mitad inferior de la mandíbula es demasiado pequeña, hace que la mandíbula superior cuelgue cuando la mandíbula está cerrada, lo que resulta en una condición llamada sobremordida. Cuando ocurre lo contrario (la mitad inferior de la mandíbula es más grande que la mitad superior) esto se denomina submordida.
Todos estos distintos tipos de trastornos tienen un mismo nombre médico: maloclusión. Esta palabra deriva del latín y significa “mala mordida”. En la mayoría de los casos, una “mala mordida” no es culpa de nadie; los dientes desparejos, las sobremordidas y las submordidas suelen ser características heredadas, como también lo son los ojos marrones o los pies grandes.
En algunos casos, cosas como enfermedad dental, la pérdida temprana de los dientes de bebé o permanentes, algunos tipos de problemas médicos, un accidente o un hábito como chuparse el dedo durante demasiado tiempo puede provocar estos trastornos.
La maloclusión puede ser un problema porque interfiere con la masticación adecuada — los dientes torcidos que no están bien alineados no funcionan tan bien como los derechos. Como la masticación es la primera parte al comer y digerir, resulta importante que los dientes puedan realizar el trabajo. Los dientes que no están bien alineados también pueden ser difíciles de cepillar y mantener limpios, lo que puede causar dientes picados, caries y enfermedad de las encías. Y finalmente, muchas personas que tienen los dientes torcidos pueden sentirse cohibidos respecto a cómo se ven; los aparatos ortodónticos pueden ayudarlos a sentirse mejor con su sonrisa y su apariencia completa.
Si el dentista sospecha que alguien necesita aparatos ortodónticos u otros dispositivos de corrección, él o ella derivará al paciente a un ortodoncista. Los ortodoncistas son dentistas que tienen un entrenamiento especial en el diagnóstico y el tratamiento de dientes y mandíbulas mal alineados.
La mayoría de los dentistas comunes pueden decir si los dientes estarán mal alineados una vez que los dientes adultos del paciente comienzan a salir — algunas veces tan pronto como a los 6 o 7 años — y el ortodoncista puede recomendar terapia de tratamiento interceptiva. (La terapia de tratamiento interceptiva implica el uso de dispositivos para influir en el crecimiento facial y ayudar a que los dientes crezcan mejor y ayuda a evitar el desarrollo de problemas más serios.) En muchos casos, el paciente no será referido a un ortodoncista hasta aproximadamente los años de la adolescencia.
Diagnóstico
Antes de recetar aparatos ortodónticos, el ortodoncista debe diagnosticar cuál es el problema. Esto significa utilizar varios métodos diferentes, incluyendo radiografías, fotografías, impresiones y modelos.
Las radiografías brindan al ortodoncista una buena idea respecto a dónde están ubicados los dientes y si hay más dientes por atravesar las encías. También es posible que pidan radiografías especiales que se toman a 360 grados alrededor de la cabeza; este tipo de radiografía muestra las relaciones entre los dientes y las mandíbulas y entre las mandíbulas y la cabeza. El ortodoncista también puede tomar fotografías regulares de la cara del paciente para comprender mejor estas relaciones.
Y finalmente, el ortodoncista puede requerir que se realice una impresión de los dientes del paciente. Esto se hace al hacer que el paciente muerda un material suave que es utilizado posteriormente para formar un modelo exacto de los dientes.
Tratamiento
Una vez realizado el diagnóstico, el ortodoncista puede decidir el tipo adecuado de tratamiento. En algunos casos, solo será necesario utilizar un retenedor extraíble. En casos inusuales (especialmente donde la sobremordida o submordida es excesiva), será necesario operar. Pero en la mayoría de los casos, la respuesta es aparatos ortodónticos.
Los aparatos ortodónticos refuerzan los dientes porque hacen dos cosas importantes: están en el lugar durante periodos de tiempo prolongados y ejercen una presión constante. Esta combinación es la que permite que los aparatos ortodónticos cambien la posición de los dientes en la boca del paciente, a través de ajustes periódicos realizados por el ortodoncista.
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