Cada vez es mayor el número de estudios que demuestran que los cigarrillos electrónicos –e-cigarrillos– no son, ni mucho menos, inocuos para la salud de los ‘vapeadores’, ni activos ni pasivos. Y es que si bien es cierto que, como apuntan muchas investigaciones, estos productos parecen ser menos perjudiciales que el tabaco, ello no implica que su consumo no se encuentre exento de riesgos.
De hecho, dos nuevos estudios alertan que el vapor de los e-cigarrillos es responsable de la muerte de numerosas células de la mucosa oral, lo que conlleva un aumento del riesgo de infecciones, y que el consumo de estos productos resulta, cuando menos, tan nocivo para las encías y los dientes como el de los cigarrillos convencionales.
Como explica Mahmoud Rouabhia, de la Facultad de Medicina Dental de la Universidad Laval en Quebec (Canadá) y director de la primera de las investigaciones, «contrariamente a lo que uno pueda pensar, el vapor de los cigarrillos electrónicos no es solo agua. Y si bien no contienen los compuestos de alquitrán de los cigarrillos ‘normales’, exponen a los tejidos de la boca y del tracto respiratorio a los compuestos producidos por el calentamiento de la glicerina, el propilenglicol, la nicotina y los aromas contenidos en los líquidos o ‘e-liquid’ de estos productos».
Infecciones orales
El primero de los estudios, publicado en la revista «Journal of Cellular Physiology», tuvo por objetivo analizar el posible efecto del vapor de los e-cigarrillos sobre las células epiteliales de la cavidad oral. Y para ello, los autores diseñaron una pequeña cámara con tejido epitelial bucal suspendido en saliva al que ‘vapearon’ durante varios días –a un ritmo de dos exhalaciones por minuto separadas por cinco segundos y durante 15 minutos diarios.
Como indica Mahmoud Rouabhia, «el epitelio de la boca es la primera línea de defensa frente a las infecciones microbianas. Y es que este epitelio nos protege frente a los distintos microorganismos que habitan en nuestra cavidad oral».
Los resultados mostraron que en caso de que el tejido no fuera ‘vapeado’, la tasa de muerte celular se estableció en torno a un 2% –es decir, dos de cada 100 células morían de forma espontánea sin ningún tipo de intervención–. Una tasa que, sin embargo, se elevó, y mucho, con la exposición al vapor de los e-cigarrillos: hasta un 18% el primer día, un 40% el segundo, y un 53% el tercer día.
En este contexto, hay que tener en cuenta que aún no se sabe si este daño celular acumular conlleva alguna implicación para nuestra salud. Sea como fuere, concluye el director de la investigación, «resulta preocupante. El daño en la barrera defensiva de la boca puede incrementar el riesgo de infección, de inflamación y de enfermedades periodontales. Y a largo plazo, podría incluso incrementar el riesgo de cáncer. Una posibilidad que será objeto de nuestros futuros estudios».
¿Fuente de periodontitis?
Por su parte, la segunda de las investigaciones, publicada en la revista «Oncotarget», confirma la total falta de inocuidad del vapor de los e-cigarrillos. O cuando menos, en los que a la salud de nuestras encías y piezas dentales se refiere, sobre la que causa un daño similar al del tabaco ‘clásico’.
Como apunta Irfan Rahman, del Centro Médico de la Universidad de Rochester (EE.UU.) y director de esta segunda investigación, «hemos observado que cuando los vapores de los e-cigarrillos se queman, provocan que las células liberen proteínas inflamatorias, lo que agrava el estrés celular y provoca un daño que puede conllevar al desarrollo de distintas enfermedades bucodentales. Así, el grado de daño en las encías y la cavidad oral dependerá de cuánto y con qué frecuencia se utilicen los e-cigarrillos».
Para llevar a cabo el estudio, los autores expusieron muestras de tejido de las encías –o ‘tejido gingival’– donadas por voluntarios no fumadores al vapor producido por los e-cigarrillos. Y lo que observaron es que este vapor, y muy especialmente sus compuestos químicos aromatizantes, desempeñaban un papel muy importante en el daño del epitelio gingival y de otras células de la cavidad oral. Un daño en el que se incluía la inflamación y lesiones en el ADN, lo que, alertan los autores, puede contribuir a la patogénesis de las enfermedades bucodentales.
En palabras de Irfan Rahman, «hemos aprendido que los aromatizantes, algunos más que otros, llegaron incluso a empeorar el daño celular. Hay que recordar que los e-cigarrillos contienen nicotina, compuesto que ya se sabe que contribuye a la periodontitis».
En definitiva, concluye el directo del estudio, «hace falta más investigación, caso de estudios comparativos y a largo plazo, para una mejor comprensión de los efectos sobre la salud de los e-cigarrillos. Y en este sentido, sería apropiado que los fabricantes informaran sobre todos los materiales y compuestos químicos contenidos en estos productos para que los consumidores puedan ser más conscientes sobre sus peligros potenciales».